En la escuela
las clases ya han terminado, ahora nos toca corregir los exámenes y preparar la
materia para el siguiente curso. Al salir de la escuela, estos días hago un
rodeo para volver a casa, ya que hay una casa que tiene hortensias preciosas en
su jardín, merece la pena ir a verlas. Además voy a verlas porque un estudiante
de mi clase me contó su curiosa experiencia .
El estuvo en
Japón en este mes de junio. Era su primer viaje a Japón, y fue solo. En los
primeros días no entendía nada de japonés, excepto sólo unas palabras sueltas.
Quería hacer una visita a un templo de Kyoto, pero no tenía ni idea de cómo ni
a quién preguntar cómo llegar a este sitio. Estaba desamparado con el mapa en
la mano. Se sentó en la escalera de piedra que estaba al lado.
Entonces vio
unas hortensias, pero estaba tan cansado que no era capaz de recordar la
palabra “hortensia”. Estaba totalmente bloqueado. Pensó: ¿será posible? Pero esta flor la había en mi pueblo, la
vi muchas veces. Florecía en la casa de mi tía, en el camino de ir al colegio,
también en la casa de mi abuela. El cerró sus ojos e imaginó la casa de su
abuela. Imaginó ver su abuela, que siempre llevaba un delantal. Casi oía su
voz, cuando abría la puerta decía: “oh, meu netiño!!”
En ese momento
se le vino a la cabeza la palabra “ajisai”, que significa hortensia en japonés.
Lo más curioso es que él pensaba que no sabía cómo se dice hortensia en
japonés, aunque seguramente había oído algunas veces esta palabra en algún
sitio.
Qué misteriosa
la mente humana, no sabemos hasta donde se esconde las cosas. A ver si puedo
encontrar algún recuerdo con ajisai que está ahora en plena floración.
*Un almuerzo en el río ♪